
Al atravesar áreas urbanas, el sistema automático de arranque y parada apaga el motor tan rápido como empieza a marchar en ralentí. Esto no solo ahorra comburente, sino asimismo disminuye las emisiones de CO2 en un 3-8%.
Al arrancar, el vehículo consume mucho más. Entonces… ¿el sistema Start Stop que tienen la mayor parte de los coches nuevos es verdaderamente efectivo?
¿Cuándo hay que inhabilitar Start/Stop? Práctico en localidad y con semáforos
En el punto previo señalábamos que llega un instante en el que el sistema Start and Stop comienza a ser «productivo» en concepto de ahorro de comburente. Ese tiempo es de unos 20 segundos en reposo, esto es, si el sistema Start and Stop apaga nuestro turismo y pasados 5 segundos volvemos a apresurar, hemos perdido en lo que se refiere a consumo de comburente.
Por consiguiente, una pregunta lógica podría ser: ¿cuándo no debo utilizar esta tecnología? La contestación, basado en lo que se dijo previamente, es deducible. En sitios donde las paradas son muy usuales y su duración es cortísima, el sistema nos dañará incrementando nuestro consumo medio. Si deseas eludir que esto ocurra, es conveniente inhabilitar el sistema eminentemente en ciudades, en especial en aquellas con una alta consistencia de automóviles, tal como en zonas con un prominente número de semáforos.
¿De qué forma marcha el sistema Start-Stop?
Un sistema Start/Stop clásico tiene sensores dentro suyo que le dejan entender qué realizar en todos y cada instante. Cada motor va a tener su sistema amoldado por el hecho de que no es exactamente lo mismo un motor diésel que uno semihíbrido o eléctrico.
En el momento en que el turismo se detiene y el motor consigue una temperatura cierta, se va a cortar el suministro de comburente y su chispa, ocasionando se apague. No obstante, el resto de elementos, como las luces o la radio, proseguirán andando debido al voltaje de la batería.
¿Start/Stop representa un ahorro de comburente?
La verdad es que, sí, un sistema Start/Stop disminuye de manera significativa el consumo de comburente. Según estudios, un vehículo está parado cerca del 40% del tiempo a lo largo de sus viajes en ciudades congestionadas, lo que, aparte de gastar comburente, genera mucho más emisiones.
Con el sistema Start/Stop habilitado en un automóvil, se puede achicar el consumo de comburente hasta en un 15% y el nivel de emisiones de gases se disminuye de manera significativa. Evidentemente, la economía de comburente asimismo está sosten a otros causantes, como el estilo de conducción que tenga.
Vida útil mucho más corta
Toda vez que arrancamos un motor, percibimos únicamente el fácil ademán de girar la llave o apretar un botón, pero en el motor se están generando una secuencia de acciones no desdeñables . Por una parte, el sistema de arranque pone bastante esfuerzo en arrancar el motor. Los inyectores, por su lado, reciben órdenes de la central -que paralelamente mide un elevado número de factores, como la situación del cigüeñal, la temperatura del motor, etcétera…- y efectúan el suministro de comburente en el perfecto a fin de que el encendido sea despacio y exacto. De igual forma, en todos y cada arranque se genera un brusco paso de parada a movimiento, no solo de los tubos y demás elementos internos del motor, sino más bien asimismo del propio bloque, que padece un súbito «traqueteo» completamente absorbido por los silentblocks y elementos de montaje del motor. Estos reducirán su historia útil y las vibraciones se van a sentir en el habitáculo antes de lo común.
De igual forma, los motores turboalimentados se encararán a inconvenientes térmicos propios de los turbos. Sus elementos trabajan a temperaturas muy, muy altas que rondan los 1000ºC a plena carga. En el momento en que circulamos en un ambiente urbano lleno de aceleraciones y paradas, estas marchan muy cerca del cien%, con lo que antes de apagar el motor resulta conveniente dejarlo al ralentí a fin de que el turbo trabaje mucho más despacio y el descenso de temperatura sea progresivo. No obstante, si apagamos el contacto tras largas aceleraciones o altas cargas en el transcurso de un tiempo notable, las contracciones térmicas del turbo van a ser mayores que en la situacion de sostener el vehículo en marcha. Esto puede lograr que los casquillos se agrieten y se agarroten, reduciendo drásticamente la vida útil del turbo.
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